
Al finalizar la jornada de este miércoles, y como se había previsto desde semanas anteriores, la Union de Estudiantes Secundarios realizó la marcha con posterior escrache a quien fuera ministro de Educacion durante los años 76’ y 77’ de la dictadura cívico militar de Videla. A partir de las 18:30 se acercaron a las inmediaciones de plaza Montenegro diferentes organizaciones convocadas por los estudiantes secundarios, en su mayoría compuesta por jóvenes, como HIJOS y la JP Evita, para dar su apoyo al repudio de uno de los autores y ejecutores del denominado “Operativo Claridad”, Ricardo Pedro Bruera. Los objetivos de este operativo fueron dirigidos hacia las filas de alumnos menores de 18 años y profesores de escuelas que pudiesen entrar dentro de su concepto de “subversivos”, para utilizar los métodos perversos de la dictadura militar, secuestro y desaparición, con el fin de depurar ideológicamente las aulas escolares. La censura de libros, de cantos y poesías fue una de las características principales de la aplicación del plan, que llego a considerar como subversivo al libro “el principito” y a eliminar de las curriculas docentes a los autores nacionales como Arturo Jauretche y Hernandez Arregui en el ámbito universitario.
Los chicos de la UES nos acercaban su posición acerca del método del “escrache” para condenar a los implicados en delitos de lesa humanidad del proceso militar “Nosotros nos movilizamos pacíficamente, aunque sentimos que es una agresión la cantidad de policías que dispuso la provincia para cuidar a este asesino. Nuestro fin es que la sociedad, el vecino, el verdulero y el kiosquero se enteren qué fue lo que hizo este tipo durante la dictadura, y a eso lo hacemos cantando y marchando sin utilizar violencia, esto es lo que hemos aprendido de los años de lucha de los compañeros más grandes”. Sobre las consecuencias que ha dejado el accionar de la dictadura en el sector juvenil, impidiéndoles un análisis diferente, una visión propia de la historia y prohibiéndoles cualquier tipo de organización entre los alumnos, nos comentan los chicos de HIJOS lo siguiente “La dictadura quiso impedir que las generaciones nuevas piensen, utilizar la educación para el control y la represión, y no para la liberación. Para nosotros es un orgullo que las nuevas generaciones de militantes se apropien de una herramienta como el escrache, que sea parte de las herramientas de lucha de nuestro pueblo. Que los jóvenes se acerquen a la militancia entendiendo que este gobierno los convoca a la participación y además usando una herramienta que nosotros pusimos en el ruedo de la política a nosotros nos llena de orgullo”.
Al llegar a Cordoba 603, en donde reside el ex funcionario milico, los militantes se dispusieron a leer los documentos redactados con el fin de que los vecinos, quienes prestaban atención desde los balcones, pudieran informarse sobre quién era y que había hecho ese viejito que se cruzan en la despensa del barrio. Bruera goza en la actualidad de estar al frente de un instituto educativo privado, en donde se implementan las teorías que defienden la masacre de trabajadores y jóvenes estudiantes, en donde se les enseña que robar bebes es defender a la patria. La Unión de Estudiantes Secundarios exige justicia por los crímenes cometidos en la dictadura militar, y alienta el alejamiento de Ricardo Pedro Bruera de todo complejo educativo para proponer su acercamiento a complejos abarrotados por acero, en donde debería estar, con el resto de sus nefastos compañeros.
Es destacable el compromiso de jóvenes de 15 y 16 años con lo más pesado de su historia, dispuestos a luchar y a dejar sus esfuerzos en un colectivo, entendiendo que la grandeza del pueblo reside en la organización de los sectores que lo componen y acallando las voces de quienes los califican como “generación perdida” con el accionar organizado.El tejido social destruido durante el proceso militar tiene la capacidad de poder regenerarse mientras sigua existiendo espacio público donde ocurra el encuentro entre quienes padecen los mismos problemas. Aunque el proceso militar comprendía el peligro que para ellos significaba la herencia de adultos a jóvenes, de una conciencia nacional y popular, de una conciencia combativa incapaz de aceptar las injusticias contra el pueblo, y por eso se ejerció el maléfico sistema de robo de bebes, la memoria del pueblo se practica cotidianamente y el precepto tan poco comprendido por los militares “o inventamos o erramos” que nos independiza sobre nuestras decisiones como país va a seguir siendo practicado y apoyado masivamente por las futuras generaciones sin ánimo de ser tuteladas por potencias extranjeras o empleados locales. Los jóvenes a los que aluden en tantos discursos la dirigencia actual, empiezan a demostrar su capacidad de organización, y lo que es todavía más alentador, su necesidad de expresarse por sí mismos y dejar de ser nombrados como referencias de color de un movimiento nacional y popular.

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