Levantarme de la cama me costó horrores. El frío lo sentí apenas apoye mis pies descalzos en el piso. Me apuré, a las 1O concentraba el Evita y ya eran las 1O menos cuarto. Me bañé, desayuné y agarré la cámara de fotos. La lluvia amenazaba en el cielo pero nada iba a impedir que el encuentro sea una fiesta. Llegué a la esquina de 1° de mayo y rioja, banderas rojas y negras, azules, bombos, redoblantes, trompeta y trombón llenaron mis sentidos apenas empecé a escuchar y ver, oír y observar digo.

De puro ojete (culo) pude entrar al palco presidencial. Los nervios invadieron mi cuerpo, a mi ansiedad diaria le sume que iba a tener a Cristina a unos metros. Ser políticamente correcta nunca fue lo mío. ¿Qué es ser políticamente correcto? Eso lo dejo para otro día… ¿Cómo debe comportarse una en un palco? Como lo hace siempre. A los primeros cantitos de “borombombom borombombom para Cristina la reelección” todos los peronistas kirchneristas que estábamos ahí arriba coreamos juntos a nuestros compañeros. En un palco donde había sucialistas por doquier uno lo cantaba con fuerza para hacer vibrar el suelo. Para que sepan que estábamos en todo el parque y también estábamos ahí. Miradas heladas nos largaban los contreras de siempre y más ganas de gritar “Vamos Cristina” te daban.

No fue casualidad que Binner no hable. Fue una decisión política, no se iba bancar los abucheos, además de que no iba a poder estar a la altura del nivel de oratoria que tiene nuestra conductora. No lo digo porque la quiero, lo digo porque es una realidad y también porque la quiero. Esto es terriblemente cursi, lo sé pero hoy no me salen ni crónicas, ni notas, hoy me sale así. Cuento lo que viví, lo que vi, lo que sentí. Sentimos. Todos.

Me cuesta creer que esta Rosario es la misma que albergo a la sociedad rural (así con minúscula) ese 2O de junio donde las camionetas gigantes invadieron la ciudad, cuando éramos pocos los que salíamos a defender la 125, donde muchos daban por terminado el kirchnerismo. Pero nosotros nos reinventamos, aprendemos de nuestros errores, aprendemos a comunicarnos más. Esa ciudad era la misma que hoy, físicamente, pero no de gente. El pueblo salió a la calle, lejos estaba de estar lleno de camionetas enormes y de sojeros con rentas extraordinarias, había laburantes, estudiantes, abuelos, familias, chicos. Los que somos verdaderamente argentinos, los que no nos dejamos coger por las potencias extranjeras, los que queremos igualdad, redistribuir, educar, incluir.

Cristina recordó que Manuel Belgrano que "además de crear la bandera fue militar, político y un gran economista" y que "pedía que industrializáramos en nuestro país nuestras materias primas". "Estamos cumpliendo el sueño que quería Belgrano, una Argentina con progreso, con educación", aseguró. "Yo me siento tan orgullosa de esto que hemos construido, esto que parecía inimaginable hace apenas diez años atrás. También fue gracias a él, gracias a Néstor, le pese a quien le pese", manifestó. Pese a quien le pese, le moleste a quien le moleste, si algo le debemos a Néstor es volver a tener un país, una patria, que florece, que crece, que aprende a caminar.

Después nos habló a nosotros, los pibes, "este proyecto volvió a hacer creer a los jóvenes, que ya no creían en nada ni en nadie". "Ustedes han vuelto a creer, cada uno de ustedes puede ser un Belgrano o un Moreno, está en ustedes la decisión de juntarse en un proyecto que está reconstruyendo la Patria".

También tiro sutiles palazos a algunos que la acompañaban en el palco "que nada nos distraiga, que nada nos provoque, seamos lo suficientemente inteligentes para saber que el camino de construcción de la Patria está lleno de piedras que nos van a tirar, y que tenemos que recoger una por una, no para tirarlas, sino para apartarlas del camino y seguir adelante”.

Ella, nuestra presidenta, tiene una fuerza inquebrantable. Ella que sin quererlo o sin planearlo de golpe tiene millones de hijos.

Quería abrazarla y decirles algunas palabras, no me dejaban pasar, pero como ser correcta no es lo mío, pase. Me saque la foto tan querida (soy cholula cuando quiero) y le pude decir “Cris, fuerza la JP Evita esta con vos”.

Me temblaba todo, lo voy a reconocer, su presencia es imponente. Lloviznaba, me agarre unos chipa que eran para algunos de los que estaban en el palco, no creo que para mí, pero estaban buenos.

Volví a casa, con la certeza de que somos millones, de que nos reconocemos cada vez que actos como este u otros nos encuentran a todos en el mismo lugar. Y juramos con gloria a morir y gritamos esa libertad. Y las banderas flamean junto a la celeste y blanca, flamean con fuerza y no van a dejar de hacerlo porque ninguno de nosotros va a dar un paso atrás.

Viva la Patria! Viva Belgrano! Viva Néstor! CFK 2011, tiemblen gorilas hay Cristina para rato.

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