“Los verdaderos custodios de este legado histórico son todos ustedes, que no van a permitir jamás dar un paso atrás”
Miles y miles de militantes inundaban las calles de Liniers, con sus banderas, sus bombos, su entusiasmo. El estadio de Vélez se veía repleto.
Los momentos previos a la llegada de la Presidenta, fueron ocupados por la música de la militancia, que intentaba ser unificada desde el escenario por el cantante de Clase K. Cuando se aproximaba aún más el arribo de Cristina, se proyectó en las pantallas un video que empezaba con imágenes del 2001, que representaban el fin de un ciclo en la historia de nuestro país, definitivamente enterrado con la irrupción del kirchnerismo. A continuación exponía alternadamente fragmentos de discursos de Néstor y de Cristina, la emoción se adueñaba del ambiente. Se vivía un clima de fiesta, que estalló en su máxima expresión cuando Cristina Fernández de Kirchner se hizo presente en la cancha. Como una militante más, cantaba junto a las agrupaciones:” Somos de la gloriosa juventud peronista, somos los herederos de Perón y de Evita…”. Luego de que se entonara el Himno Nacional - y las manos de los presentes se trasformaran en una V- la Mandataria agradeció a todas las agrupaciones por participar de esta fiesta de alegría, júbilo y nacionalidad. La Presidenta comenzó por definir lo que es para ella la historia, eje central de su discurso. “Siempre creí que la historia era construcción política, de voluntad, de esfuerzo, de trabajo y de compromiso”. Pero luego agregó que, en estos momentos, debía reconocer que “algo más intenso y más poderoso guía también los caminos de la historia”. CFK explicó el significado del día elegido para el festejo, relacionado con la circunstancia que colocó a Kirchner y a ella a escribir la historia. El acto, en un primer momento iba a realizarse el 11 de marzo-como lo habían propuesto “los compañeros del Evita y de la Cámpora”-. Pero Cristina planteó otra opción:“Por qué no hacerlo el 27 de abril cuando comenzamos nosotros a construir, a partir de nuestras convicciones históricas, nuestros principios políticos, una historia que estamos escribiendo nosotros mismos y que jamás permitiremos que la vuelvan a escribir desde afuera o desde intereses contrarios a los de la Patria”. No obstante, dio trascendencia al 11 de marzo(del 73´)- día en el que la voluntad popular determina como Presidente de la Nación al “Tío Cámpora”- lo presentó como “un hito en la historia de la Patria”, “fui una militante de aquellos años. Pero evidentemente sin el protagonismo que podía influir en el curso de los acontecimientos, vertiginosos, de aquella época”. El 27 de abril del 2003, el pueblo argentino- que padecía todavía las consecuencias de la crisis social, política y económica que había detonado en el 2001- elegía quién iba a gobernar el país hasta el 2007. Esas elecciones permitieron a Néstor Kirchner quedar al frente de la Nación. La Presidenta compartió cómo habían vivenciado ella y su “compañero de toda la vida” la espera de los resultados electorales: “ese día salimos a ganar la calle con la militancia”. “Había legalidad, pero faltaba legitimidad. Pero nos sobraba coraje ” afirmó la mandataria respecto al bajo porcentaje de votos, el 22 %, obtenido por Néstor Kirchner “en un país que estaba quebrado institucionalmente”. “Si no nos daban la segunda vuelta, la íbamos a construir (a la legitimidad) a fuerza de políticas que fueran orientadas a marcar el destino y a cambiar el destino histórico de la Argentina”. Cristina enunció los logros de ambos mandatos, que eran inimaginables en el aquél entonces: el proceso de desendeudamiento; el juzgamiento a los genocidas por el que tanto habían luchado “esas mujeres de pañuelo blanco”; la independencia alcanzada respecto de las políticas económicas impuestas por el FMI:“quien podía pensar que “iba a ser aquí, en nuestra patria, en Mar del Plata, cuando ese Presidente iba a decirles que no a los más poderosos”. “Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo, la puta madre que lo parió” eran las palabras que llenaron cada rincón del estadio, ante la mención al Ex -presidente . Destacó los alcances de la política socioeconómica de re-industrialización de estos 9 años, que además de generar más de 5 millones de puestos de trabajo, convirtió a los obreros argentinos en los “mejores retribuidos de la región”. En sintonía con los intereses de la clase trabajadora, la Presidenta reivindicó también la reapertura de paritarias, que habían estado trabadas durante años. “No hay mayor disciplinador social que no tener trabajo” reflexionó, más adelante, en esta misma línea. “Quien pensaba que una mujer iba a poder ser Presidente de la República Argentina. Eso también, junto al matrimonio igualitario, son las conquistas de mayor igualdad y participación de los sectores siempre discriminados de la sociedad” aseguró la mandataria, poniendo de manifiesto la magnitud adquirida por las luchas históricas de las mujeres -de las cuales forma parte en su condición de militante mujer- y de las organizaciones de diversidad sexual. “Quién iba a pensar que esta fuerza política, que este proyecto político” iba a ir por “la recuperación de la administración de los fondos de los trabajadores para ponerlos al servicio de nuestros jubilados”. “Sacarlos del mercado de capitales y volcarlos al capital social para producir más y mejor trabajo” enfatizó la Presidenta. Así se refirió a una política que fue clave para ampliar la capacidad de protección social del Estado– con las pensiones no contributivas- y para consolidar la movilidad jubilatoria con dos aumentos anuales. Cristina hizo mención a la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central como la restitución de un instrumento institucional clave para orientar el crecimiento económico al desarrollo social; posible al devolverle al organismo funciones sociales, como la orientación de los créditos a sectores de la economía (como las pymes) que generen empleo, entre otras. “La recuperación de YPF es de todos y para todos los argentinos” se refirió la Presidenta a la importancia de esta decisión soberana; y en línea con una de las consignas de convocatoria del acto, apeló a la unidad y agradeció a todas las fuerzas políticas que acompañaron el proyecto de expropiación con su voto en la Cámara alta. Reafirmó el valor del estado como conductor de la economía, de la política y de lo social en este modelo de país. La Primera Mandataria contrastó la situación actual del país en cuanto a educación, cultura y ciencia con la de hace 9 años, compartiendo el valor científico de la inauguración del Encuentro Internacional Fronteras en Biociencia, en una carpa blanca con 500 jóvenes científicos - al lado del Ministerio de Ciencia y Tecnología- totalmente distinta a aquella carpa blanca docente que simbolizó durante años las falencias de la educación pública. “Todo lo que pudimos alcanzar en la debilidad, gracias al esfuerzo, a la voluntad, al sacrificio personal“ evaluó positivamente CFK. Al destacar la voluntad política, que caracterizaron al kirchnerismo, de avanzar en favor de las mayorías afectando los intereses poderosos que sean necesarios, en momentos de menor respaldo popular al de hoy(como ser 2008 y 2009), se expresa con firmeza la continuidad y profundización del modelo iniciado en 2003. Pidió a los militantes mostrarle a cada argentino la necesidad de “trabajar juntos, todos unidos y organizados para construir un país mejor”. Cristina apuntó contra las mal intencionadas versiones que pretendían confundir “sintonía fina” con retroceso: “Qué poco me conocen, y qué poco conocen al pueblo argentino, porque estas conquistas no pertenecen a una Presidenta sino a toda la Argentina.” La Presidenta convocó a la juventud a construir nuevas ”formas de participación, de intervención del estado”. Además instó a la “generación del bicentenario”, como llamó a los jóvenes, a “seguir escribiendo la historia, su propia historia”, insistió en que deben hacerlo sosteniendo la unidad y la organización “para profundizar la transformación”. “De las diferencias y de los falsos enfrentamientos lucraron unos pocos” resaltó. “Estamos frente a una oportunidad histórica que se nos abre como país y como región, y que no habíamos tenido en 200 años de historia de liberación, de constituirnos en una de las regiones más importante de la Tierra”. Apeló a la unidad de América del Sur. Aprovechó a brindarle apoyo a un grupo de venezolanos presentes y a enviarle los mejores deseos para la salud de Hugo Chávez Frías.
No faltó un lugar para recordar a los 30 mil compañeros desaparecidos, “que hoy están acá”, al igual que Néstor. Para culminar su discurso, la Presidenta volvió a dirigirse a la militancia de las nuevas generaciones y les delegó la responsabilidad de garantizar la continuidad del proyecto. “Si tuviera que elegir entre todas las cosas que les nombré, me quedo con la incorporación de miles y miles de pibes a la política”. Tengo mucha confianza que “los verdaderos custodios de este legado histórico son todos ustedes, que no van a permitir jamás dar un paso atrás”.
Los momentos previos a la llegada de la Presidenta, fueron ocupados por la música de la militancia, que intentaba ser unificada desde el escenario por el cantante de Clase K. Cuando se aproximaba aún más el arribo de Cristina, se proyectó en las pantallas un video que empezaba con imágenes del 2001, que representaban el fin de un ciclo en la historia de nuestro país, definitivamente enterrado con la irrupción del kirchnerismo. A continuación exponía alternadamente fragmentos de discursos de Néstor y de Cristina, la emoción se adueñaba del ambiente. Se vivía un clima de fiesta, que estalló en su máxima expresión cuando Cristina Fernández de Kirchner se hizo presente en la cancha. Como una militante más, cantaba junto a las agrupaciones:” Somos de la gloriosa juventud peronista, somos los herederos de Perón y de Evita…”. Luego de que se entonara el Himno Nacional - y las manos de los presentes se trasformaran en una V- la Mandataria agradeció a todas las agrupaciones por participar de esta fiesta de alegría, júbilo y nacionalidad. La Presidenta comenzó por definir lo que es para ella la historia, eje central de su discurso. “Siempre creí que la historia era construcción política, de voluntad, de esfuerzo, de trabajo y de compromiso”. Pero luego agregó que, en estos momentos, debía reconocer que “algo más intenso y más poderoso guía también los caminos de la historia”. CFK explicó el significado del día elegido para el festejo, relacionado con la circunstancia que colocó a Kirchner y a ella a escribir la historia. El acto, en un primer momento iba a realizarse el 11 de marzo-como lo habían propuesto “los compañeros del Evita y de la Cámpora”-. Pero Cristina planteó otra opción:“Por qué no hacerlo el 27 de abril cuando comenzamos nosotros a construir, a partir de nuestras convicciones históricas, nuestros principios políticos, una historia que estamos escribiendo nosotros mismos y que jamás permitiremos que la vuelvan a escribir desde afuera o desde intereses contrarios a los de la Patria”. No obstante, dio trascendencia al 11 de marzo(del 73´)- día en el que la voluntad popular determina como Presidente de la Nación al “Tío Cámpora”- lo presentó como “un hito en la historia de la Patria”, “fui una militante de aquellos años. Pero evidentemente sin el protagonismo que podía influir en el curso de los acontecimientos, vertiginosos, de aquella época”. El 27 de abril del 2003, el pueblo argentino- que padecía todavía las consecuencias de la crisis social, política y económica que había detonado en el 2001- elegía quién iba a gobernar el país hasta el 2007. Esas elecciones permitieron a Néstor Kirchner quedar al frente de la Nación. La Presidenta compartió cómo habían vivenciado ella y su “compañero de toda la vida” la espera de los resultados electorales: “ese día salimos a ganar la calle con la militancia”. “Había legalidad, pero faltaba legitimidad. Pero nos sobraba coraje ” afirmó la mandataria respecto al bajo porcentaje de votos, el 22 %, obtenido por Néstor Kirchner “en un país que estaba quebrado institucionalmente”. “Si no nos daban la segunda vuelta, la íbamos a construir (a la legitimidad) a fuerza de políticas que fueran orientadas a marcar el destino y a cambiar el destino histórico de la Argentina”. Cristina enunció los logros de ambos mandatos, que eran inimaginables en el aquél entonces: el proceso de desendeudamiento; el juzgamiento a los genocidas por el que tanto habían luchado “esas mujeres de pañuelo blanco”; la independencia alcanzada respecto de las políticas económicas impuestas por el FMI:“quien podía pensar que “iba a ser aquí, en nuestra patria, en Mar del Plata, cuando ese Presidente iba a decirles que no a los más poderosos”. “Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo, la puta madre que lo parió” eran las palabras que llenaron cada rincón del estadio, ante la mención al Ex -presidente . Destacó los alcances de la política socioeconómica de re-industrialización de estos 9 años, que además de generar más de 5 millones de puestos de trabajo, convirtió a los obreros argentinos en los “mejores retribuidos de la región”. En sintonía con los intereses de la clase trabajadora, la Presidenta reivindicó también la reapertura de paritarias, que habían estado trabadas durante años. “No hay mayor disciplinador social que no tener trabajo” reflexionó, más adelante, en esta misma línea. “Quien pensaba que una mujer iba a poder ser Presidente de la República Argentina. Eso también, junto al matrimonio igualitario, son las conquistas de mayor igualdad y participación de los sectores siempre discriminados de la sociedad” aseguró la mandataria, poniendo de manifiesto la magnitud adquirida por las luchas históricas de las mujeres -de las cuales forma parte en su condición de militante mujer- y de las organizaciones de diversidad sexual. “Quién iba a pensar que esta fuerza política, que este proyecto político” iba a ir por “la recuperación de la administración de los fondos de los trabajadores para ponerlos al servicio de nuestros jubilados”. “Sacarlos del mercado de capitales y volcarlos al capital social para producir más y mejor trabajo” enfatizó la Presidenta. Así se refirió a una política que fue clave para ampliar la capacidad de protección social del Estado– con las pensiones no contributivas- y para consolidar la movilidad jubilatoria con dos aumentos anuales. Cristina hizo mención a la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central como la restitución de un instrumento institucional clave para orientar el crecimiento económico al desarrollo social; posible al devolverle al organismo funciones sociales, como la orientación de los créditos a sectores de la economía (como las pymes) que generen empleo, entre otras. “La recuperación de YPF es de todos y para todos los argentinos” se refirió la Presidenta a la importancia de esta decisión soberana; y en línea con una de las consignas de convocatoria del acto, apeló a la unidad y agradeció a todas las fuerzas políticas que acompañaron el proyecto de expropiación con su voto en la Cámara alta. Reafirmó el valor del estado como conductor de la economía, de la política y de lo social en este modelo de país. La Primera Mandataria contrastó la situación actual del país en cuanto a educación, cultura y ciencia con la de hace 9 años, compartiendo el valor científico de la inauguración del Encuentro Internacional Fronteras en Biociencia, en una carpa blanca con 500 jóvenes científicos - al lado del Ministerio de Ciencia y Tecnología- totalmente distinta a aquella carpa blanca docente que simbolizó durante años las falencias de la educación pública. “Todo lo que pudimos alcanzar en la debilidad, gracias al esfuerzo, a la voluntad, al sacrificio personal“ evaluó positivamente CFK. Al destacar la voluntad política, que caracterizaron al kirchnerismo, de avanzar en favor de las mayorías afectando los intereses poderosos que sean necesarios, en momentos de menor respaldo popular al de hoy(como ser 2008 y 2009), se expresa con firmeza la continuidad y profundización del modelo iniciado en 2003. Pidió a los militantes mostrarle a cada argentino la necesidad de “trabajar juntos, todos unidos y organizados para construir un país mejor”. Cristina apuntó contra las mal intencionadas versiones que pretendían confundir “sintonía fina” con retroceso: “Qué poco me conocen, y qué poco conocen al pueblo argentino, porque estas conquistas no pertenecen a una Presidenta sino a toda la Argentina.” La Presidenta convocó a la juventud a construir nuevas ”formas de participación, de intervención del estado”. Además instó a la “generación del bicentenario”, como llamó a los jóvenes, a “seguir escribiendo la historia, su propia historia”, insistió en que deben hacerlo sosteniendo la unidad y la organización “para profundizar la transformación”. “De las diferencias y de los falsos enfrentamientos lucraron unos pocos” resaltó. “Estamos frente a una oportunidad histórica que se nos abre como país y como región, y que no habíamos tenido en 200 años de historia de liberación, de constituirnos en una de las regiones más importante de la Tierra”. Apeló a la unidad de América del Sur. Aprovechó a brindarle apoyo a un grupo de venezolanos presentes y a enviarle los mejores deseos para la salud de Hugo Chávez Frías.
No faltó un lugar para recordar a los 30 mil compañeros desaparecidos, “que hoy están acá”, al igual que Néstor. Para culminar su discurso, la Presidenta volvió a dirigirse a la militancia de las nuevas generaciones y les delegó la responsabilidad de garantizar la continuidad del proyecto. “Si tuviera que elegir entre todas las cosas que les nombré, me quedo con la incorporación de miles y miles de pibes a la política”. Tengo mucha confianza que “los verdaderos custodios de este legado histórico son todos ustedes, que no van a permitir jamás dar un paso atrás”.
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