Fueron 7 años nomás. Fue un tiempo tumultoso, hiperactivo, desordenado...casi como vos. Había que salir del infierno, nos decías. Allí donde diariamente se quemaban nuestros compañeros mas humildes. Veníamos de derrota en derrota. Sólo cargábamos piedras que, de vez en cuando, descargábamos sobre los poderosos, en esa actitud resistente que mas bien era de supervivencia. Como dice Leo Grosso, creíamos estar condenados a construir comedores y merenderos, a ponerle parches a la miseria.

Y vos nos diste algo mucho mas importante que cada una de las medidas que tomaste. Mas importante que decirle No al Alca, que librarnos de la condena del FMI, que darle Corte a la Justicia injusta, que abrir las paritarias para que los salarios empiecen a engrosar el bolsillo laburante, que devolvernos Memoria, Verdad y Justicia ante tanto genocida impune. Mucho mas que eso nos diste.

Nos diste la posibilidad de soñar de nuevo, de ser realizadores de esas utopías olvidadas. Allí, donde todo se reducía a un cargo y a un negocio, nos hiciste recuperar la política como herramienta de transformación social. Nos convocaste a la militancia y ahí fuimos los que veníamos de viejas luchas y los pibes que se sumaban con su ansias de cambio. Nos permitiste recuperar la autoestima como pueblo y hacer cada día un país mas justo, mas libre, mas soberano.

Fueron 7 años nomás. Tan poco para tanto de lo hecho y lo que queda por hacer. Y ahí estás vos, metido en el corazón del pueblo; en la sonrisa de esos pibes que habían sido condenados de antemano; en la gente pobre, en los humildes; en los que quieren mas igualdad, en los que reclaman derechos. Allí estás, insoportablemente vivo.

Gracias, Néstor.