La desigualdad social, el acceso a las políticas culturales y la necesidad de una señal de televisión local y democrática. Esos fueron algunos de los puntos que se discutieron el pasado martes en el ciclo Debate de Cultura, una propuesta de la revista multimedia “Club de Fun” para sentar a candidatos a concejales de todas las fuerzas políticas a hablar sobre temas culturales con quien quiera escucharlos, interrogarlos o cuestionarlos. “No es normal que nos convoquen como candidatos para el Concejo a hablar sobre gestión cultural. Como concejales tenemos que incorporar la cultura a la masa de cuestionamientos”, señaló la concejala del Frente para la Victoria Norma López. Candidata en octubre a renovar su banca, ella, junto al ex edil y también candidato Fernando Rosúa y a quien lo antecede en la lista, Carola Nin, ex ministra de Educación de la provincia, tomaron el primer turno, el martes que pasó.La cultura y la educación no suelen ser eslogan de campaña, pero eso no quita que no exista un importante sector de la población interesado en el tema, que le afecte directamente, o que “pueda salvarse” con la cultura, como señaló Rosúa en el debate. Sentados en un sillón, bajo una luz tenue y frente a decenas de personas que escuchaban con su café o cerveza sobre la mesa los tres candidatos del FPV expusieron y debatieron respecto a lo que entienden que Rosario tiene, y que le falta.
Para los candidatos, el principal problema de Rosario es “la brecha de desigualdad”. Una desigualdad que implica la existencia de miles de familias que viven sin servicios esenciales, entre los que se incluye el acceso a la cultura y las políticas culturales. “La situación es realmente grave. El acceso a la cultura salva vidas, ya sea uno espectador, protagonista o generador. La posibilidad de que un pibe estudie o sea parte de un hecho cultural, en el contexto que hoy está viviendo la ciudad, salva vidas”, manifestó Rosúa.
Desde su puno de vista, en muchos barrios de la ciudad la idea de que “no hay futuro” está muy instaurada, fundamentalmente en los jóvenes. “De los recorridos y charlas en las esquinas, lo primero que surge es «Queremos hacer algo». La demanda está, pero no está el Estado apuntalando el desarrollo de estos chicos y se quedan sin la posibilidad de imaginar un mundo distinto. La cultura es habilitadora de la posibilidad de pensarnos de otra manera, de soñar, imaginar un futuro mejor”.
El eje planteado por el opositor FPV es el de mirar a la cultura “como un derecho al que hay que acceder”. Para eso, cada barrio tiene que tener “propuestas y diversidad cultural no impuestas desde la mirada centralista”. Eso es lo que el FPV definió como “ciudadanía cultural”, a partir de la que se busca “reformular la gestión y llevar adelante la inclusión”.
Los candidatos consideraron, además, que es indispensable que sea el Estado municipal –tanto el Departamento Ejecutivo como el Concejo– que intervenga en estos casos. “Hay una cuestión de cercanía que hace que sea indispensable su intervención. Esa es la gran ventaja del municipio. El Estado que puede intervenir en estos casos es el cercano, y las políticas municipales no pueden resignarse, porque hay destinos, vidas en juego”, destacó Carola Nin. Y Rosúa agregó: “Tiene que haber agua, vivienda y cultura para todos. Herramientas e instrumentos hay, algunos se mejoran, otros se necesitarán, pero lo fundamental es la concepción y la decisión política de quien gobierna. La prioridad tiene que ser generar ámbitos para que todos estos chicos puedan acceder a actividades culturales, puedan imaginar un mundo fuera de toda la trama social que hoy se les está ofreciendo”.
Fuente: El Ciudadano

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