Reescribiendo la historia de la Resistencia
con todos y todas
Por: Nadine Posadas
El
viernes 28 de septiembre, en la Departamental Rosario del Partido Justicialista
se realizó una actividad para revalorizar la lucha de los compañeros que
resistieron a la fusiladora. Se hicieron presentes el Secretario General del PJ
de Rosario, y Diputado Provincial, Eduardo Toniolli, y el Secretario Adjunto
del partido, Daniel Zarate. El eje de la jornada fue incluir en la historia de
esa etapa de persecución y proscripción de las mayorías, a aquell@s que no han
sido incluidos en los relatos de mayor difusión. Ese es el objetivo del
documental “Silencio (1955-1958) héroes abandonados”, de Iru Roca- y auspiciado
por la Secretaría de Cultura de la Nación- cuya proyección fue el centro del
homenaje. El trabajo relata, desde una concepción federal, cómo fue vivida la
represión y cuál fue el papel jugado en sucesos fundamentales de la Resistencia
-como el sublevamiento militar del 9 de junio de 1956 liderado por los
Generales Juan José Valle y Raúl Tanco- en las ciudades del interior del país.
De este modo coloca a Rosario como protagonista de la Resistencia Peronista.
El
acto se llevó a cabo apenas 12 días después de cumplirse un nuevo aniversario
del golpe de estado que derrocó a Perón el 16 de septiembre de 1955, como
concreción de los sucesivos intentos que la Armada llevó a cabo desde el 52´en
adelante y de los bombardeos del 16 de junio del 55’ que dejaron como saldo la
muerte de 300 personas. "Silencio (1955-1958) héroes abandonados"
muestra ese hecho como un plan sistemático, que se extendió en otros puntos
clave del territorio nacional, como ser la ciudad de La Plata.
El
documental de Iru Roca muestra los testimonios de obreros peronistas que
padecieron, además de la persecución, la cárcel, la tortura, simulacros de
fusilamientos –cuya implementación fue posible a través del sostén institucional
que los represores instauraron con la supresión de la Constitución del 49´, de
la implementación de la “Ley de subversión civil” (luego sustituida por el Plan
Conintes), del decreto 4161 que prohibía hasta las imágenes y los símbolos
peronistas, la promulgación de la ley marcial la madrugada del 9 de junio,
entre otros- en varios sitios del país. De modo que además de rememorar los
fusilamientos en los basurales de José León Suarez, a través de la palabra de
Daniel Brión, hijo de Mario, victima de esos hechos, da voz a quienes sobrevivieron
tras ser detenidos esa fría noche en Rosario, más precisamente en la Ex
Jefatura. Denuncia el papel de ese centro de detenciones, así como el del Regimiento
N° 11 de Infantería.
Los
protagonistas del video comparten la experiencia de haber participado en las
grandes huelgas y paros generales, que caracterizaron a ese periodo derramado
de sangre peronista, en la Provincia de Córdoba y en la Ciudad de Rosario. La
primera huelga nacional se gestó en la Calera, Córdoba, con la participación de
los ferroviarios y el apoyo de los mineros de esa ciudad.
En Villa Diego, al
sur de Rosario, se desarrollaron también algunos de los primeros paros para
oponerse a la dictadura impuesta por el General Lonardi, el Almirante Isaac
Rojas y el Teniente. General Pedro Eugenio Aramburu fundamentalmente.
Otro
eje crucial de Silencios, héroes
olvidados fue el de establecer una continuidad histórica entre el golpe
cívico- militar de 1955 (y los diferentes mecanismos proscriptivos adoptados
hasta el 73´) y el de 1976 que impusieron por la sangre intereses minoritarios
en detrimento de los derechos de las mayorías y de la soberanía popular.
El
relato histórico fue nutrido con el testimonio en vivo que brindaron con su
presencia en la Departamental Rosario del PJ, algunos sobrevivientes de este
adverso momento histórico. Nati Rivas, Chiche Di Marco, María Martínez, Ema
Lucero, Eduardo “El Flaco” Zanella, Osvaldo Dunda y Oscar Gónzalez, entre
otros, recordaron en conjunto las reuniones clandestinas y los vínculos
solidarios que debieron fortalecer en esos oscuros años. Iru Roca, Eduardo
Toniolli y Daniel Zarate agradecieron por su aporte al acto.
“La
historia de la Resistencia Peronista no ha sido escrita porque no hubo dónde o
porque ni hubo quién. Su crónica tiene pocos nombres o pocas fechas. Pero
explotados y explotadores la conocen. Está hecha de paros y huelgas, de
sabotajes y atentados de coraje y sacrificio” decía el “Tío” Héctor Cámpora el
25 de mayo de 1973 al asumir como Presidente frente al Congreso de la Nación.
Esa historia sigue siendo ocultada por las clases dominantes, desde los medios
hegemónicos, desde algunos libros de historia, y desde documentales que
reafirman los mitos de la historia oficial. De este mismo modo son borrados los
hechos aberrantes de la “Revolución Libertadora”, que sólo es mencionada por
algunos, sin ninguna explicación, de modo de suprimir toda posibilidad de
aprender, que en realidad fue una revolución fusiladora.
Hoy,
en contextos distintos, vemos como el odio, la intolerancia y la violencia de
las minorías privilegiadas- y de los sectores medios desclasados- son
promovidos por los medios concentrados, y luego también son tapados o
desestimados. Pareciera que ese odio- que como bien decía Arturo Jauretche se
debe a la pérdida de privilegios- es legítimo, más aún si es en contra de un
gobierno popular, que además de quitarle esos privilegios, genera inclusión y
avanza hacia la construcción de una sociedad más igualitaria y con justicia
social- aunque todavía resten muchas injusticias que combatir y con ello muchos
intereses que afectar-.
Los violentos son y han sido históricamente los mismos,
y los causantes de la violencia en manos del pueblo también, pero hoy nuestra
sociedad, las mayorías- y las minorías eternamente discriminadas y excluidas-
nos encontramos conquistando derechos, y para seguir avanzando, debemos
rescribir, de manera completa y sin omisiones la destrucción que la oligarquía
llevó a cabo sobre las conquistas sociales, sobre la independencia económica y
la soberanía política obtenidas por el peronismo. Debemos volver a escribir ese
pasado con todos sus protagonistas. Dar la batalla cultural y seguir
escribiendo la historia con la militancia, llevando a la práctica más que nunca
el “unidos, organizados y solidarios”, para defender este proyecto nacional y
popular con firmeza y sin responder a la violencia, como ayer convocó la
Presidenta “de los más de 40 millones de argentinos”, aunque a algunos nos les
guste, eso es la soberanía popular en una nación totalmente democrática.
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